Miso, un tesoro en la cocina

El miso es un condimento de origen japonés que se obtiene a partir de la fermentación natural de la soja.  Es un condimento nuevo en la cultura culinaria mediterránea y es muy importante saber utilizarlo, tanto para aprovechar sus propiedades terapéuticas como para no crearnos problemas de salud por un mal uso.

El miso es un condimento salado de origen japonés que se obtiene a partir de la fermentación de la soja. Existen diferentes variedades: el miso puro elaborado únicamente con soja, o combinado con arroz integral, cebada, trigo sarraceno,…

Hatcho Miso Soja
Genmai Miso Soja + Arroz Integral
Mugi Miso Soja + Cebada
Shiro Miso Soja + Arroz Blanco

El miso se obtiene a partir de una larga fermentación natural, que dura entre un año y medio y tres años. Además de ser un condimento, tiene excelentes propiedades terapéuticas como consecuencia de su proceso de elaboración, salvo el Shiro Miso que se somete a una fermentación más corta.

El doctor Jorge Pérez-Calvo Soler escribe en su libro “Nutrición energética y salud” que “el miso es un fermento de alto valor energético y nutritivo que atesora grandes propiedades depurativas, regula la flora intestinal, alcaliniza, tonifica los riñones y remineraliza. En resumen, una maravilla”.

El miso es un condimento nuevo en la cultura culinaria mediterránea y es muy importante saber utilizarlo, tanto para aprovechar sus propiedades terapéuticas como para no crearnos problemas de salud por un mal uso.

«El miso es un fermento de alto valor energético y nutritivo que atesora grandes propiedades depurativas, regula la flora intestinal, alcaliniza, tonifica los riñones y remineraliza. En resumen, una maravilla.» Doctor Jorge Pérez-Calvo Soler

El uso más extendido y práctico del miso es en sopas. La cantidad recomendada es media cucharadita de café por persona, que se añade al final de la cocción de la sopa, diluido en un poco de caldo, para evitar que pierda los fermentos. Es importante que el miso entre en contacto en ese momento con el calor del fuego, pero que no llegue a hervir. Si hierve, también podemos decirle adiós a los fermentos.

Regresando al doctor Pérez-Calvo en “Nutrición energética y salud”: “Aporta enzimas a la digestión, por lo que es un potenciador digestivo. Es alcalinizante y remineralizante y combate los parásitos intestinales. Su efecto más peculiar es su poder antirradiactivo, y combate el exceso de contaminación electromagnética, por lo que conviene tomarlo regularmente. Ayuda, además a regular la flora intestinal. Es muy bueno dárselo a los niños tras una fiesta en la que hayan ingerido muchos dulces, pues el miso comprensa los excesos de tipo yin”.

Al comprar miso comprobad que no está pasteurizado, para saber que se ha obtenido a partir de una larga fermentación natural.

Además, el miso es un gran aliado para combatir los efectos de la contaminación, en general, y  de otros productos nocivos como el tabaco. Sin embargo no se debe abusar de él, y aunque se recomienda un uso regular, tampoco debemos consumirlo a diario, salvo por prescripción médica. Los hipertensos también deben consumirlo con prudencia.